viernes, 9 de octubre de 2009

El cuentito de agro seguro

Columna de opinión por : Senadora Alexandra Piraquive - El Periódico de los Colombianos - Octubre 9 de 2009
El programa que a última hora sacaron de la manga los ministros Andrés Felipe Arias y Jorge Humberto Botero en Washington, cuando se realizaban las negociaciones del TLC con los Estados Unidos, para compensar a los productores del maíz, sorgo, cebada y soya que se verían afectados en su producción, se convirtió hoy en el más desvergonzado ejemplo de inequidad y de concentración de la riqueza que ha sufrido Colombia en el sector agrícola, al punto que hoy sus promotores se encuentran enredados en un ovillo que parece no se va a desenmarañar tan fácil. 
Si bien en el 2002, el sector Agrícola era el que tenía menos recursos del Estado para inversión, transformación productiva y desarrollo, con la aprobación de la Ley 1133 de 2007, logró pasar de un presupuesto de 259 mil millones de esa época a un billón 447 mil millones en el 2008, recursos siete veces más altos a los que contaba en años anteriores. Sin embargo dichos dineros terminaron en manos de centenares de personas naturales y empresarios acomodados que no se sabe que hicieron con la plata que el Gobierno les entrego sin abochornarse.

Estas cifras Contrastan con el día a día del campesino que hoy sufre los males ocasionados por la pobreza, la indigencia, el desplazamiento, la informalidad y el desempleo, con jornales que no superan los $20.000 pesos el día y que no se incrementan desde el siglo pasado. Pero para ellos no existen gabelas, ellos tienen que seguir por sus caminos envejeciéndose sin siquiera contar con seguridad social y menos con una oportunidad para sacar adelante las parcelas que cultivan con apego. Mala cosa ser campesino pobre y mas malo aún no tener quién lo apoye sin esquilmarlo.

Este incremento presupuestal que proyecto el Gobierno en Cabeza de su ministro de Agricultura, contrario a estimular el Producto Interno Bruto agrícola terminó contrayéndolo, pues hasta el momento no hemos visto de forma tangible, ni una transformación de la producción hacia otros productos más competitivos, ni una mayor productividad reflejada en precios y en nuevos procesos.

Por una extraña influencia, la concentración de los recursos suma en departamentos como Córdoba, Arauca y Meta, más de 160 mil nuevas hectáreas dedicadas a palma africana, mientras las plantaciones en Boyacá y Nariño se observan disminuidas.

A la hora de mejorar la productividad del campo estos recursos no se han visto reflejados de manera importante ni en el PIB agrícola ni en las exportaciones no tradicionales del país. Pues a pesar que se ha mencionado incrementos en las exportaciones hasta en un 134%, estas exportaciones que no llegaban a los 4 mil dólares año pasaron a 10 mil dólares, lo que no resultan consistente con la política Agrícola en la que se han transferido millonarios recursos.

La mayoría de estos subsidios no han tenido el seguimiento esperado por parte del Estado, es difícil pensar que un programa diseñado para mejorar la tecnificación del campo sirva para que los beneficiarios destinen estos recursos en su disfrute personal, incluso en campañas hacia la presidencia o en sectores como la construcción, pues con una condonación de pagos a 6 años cualquier negocio reemplaza al campo.

“El cuentito de agro seguro no se lo cree nadie y menos el campesino que no lo tuvieron en cuenta porque le quedaba muy dificil ser amigo intimo de la administración “.

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