lunes, 20 de febrero de 2012

Educación Vs. Frustración, Carlos Alberto Baena Lopez

Carlos Alberto Baena López

Por estos días millones de colombianos han iniciado un nuevo año de actividades formativas. La educación inicial, básica, media, universitaria y, en general, todos los procesos de preparación, expresan las oportunidades y aspiraciones de las personas. El acceso y permanencia en la educación permiten la realización de los individuos y la imposibilidad de participar en ella conduce, en distintos aspectos, a la frustración.

Esa relación entre educación y realización personal y social, la han señalado filósofos de la antigüedad y estudios muy recientes. Por ejemplo, el Foro Económico Mundial incorpora la  educación en varios de los pilares de la competitividad como un factor diferenciador del desempeño de cada País. En materia de educación superior, Colombia se ubica en el puesto 60 entre 142 países, con amplios retos en su desarrollo.  Los contrastes en  educación explican por qué nuestro territorio y nuestros habitantes son evaluados en niveles de innovación que tienen mucho por superar, por debajo de la China, Brasil o Chile.


El Ministerio Nacional reconoce la importancia de “Mejorar la calidad de la educación y cerrar las grandes brechas de inequidad que existen en el país para contribuir así a reducir los índices de pobreza y generar mejores condiciones para el empleo”. La educación se asume como un medio para fines superiores en lo personal y en lo social.  Al lado de la política nacional, es destacable la de gobernaciones y alcaldías, en las que distintos dirigentes han destacado las oportunidades educativas como factor principal de su política pública.

En general, los énfasis del gasto público en mejora de infraestructura educativa siguen siendo frecuentes, al igual que la entrega de kits escolares, lo que pone en evidencia la necesidad de perpetuar esfuerzos para dotar de los bienes esenciales para la función educativa.  Más allá, los pasos por mejorar la calidad y la pertinencia de la educación siguen dándose, aunque a un ritmo pausado. El reto es combinar el esfuerzo por mejorar las dotaciones junto con las capacidades educativas.

Mientras la educación no sea la base de la realización social, la sociedad puede seguir acudiendo a escenas de frustración. Organismos internacionales como el Banco mundial lo han advertido, al señalar que las naciones más desarrolladas basan más del 80 por ciento de su riqueza en las competencias de sus habitantes, lo que los países pobres sólo hacen en un 50 por ciento.  En otras palabras, una riqueza sustentable y sostenible, se deriva de la educación y de la realización que ésta les permite a sus habitantes. Por el contrario, las políticas de generación de ingresos basadas preponderantemente en la explotación y no en la educación, pueden  conducir a frustración.

1 comentario:

  1. Estoy completamente de acuerdo con el Doctor Carlos Alberto Baena, sin embargo quiero hacer enfasis en algo que considero muy importante, y es que si bien el pais ha dado un gigantezco paso en gratuidad educativa para educacion basica y media, ahora el estado debe de procurar con toda dedicacion buscar la gratuidad educativa en la educacion superior. Y porsupuesto, luchar fuertemente para garantizar no solo gratuidad sino que tambien CALIDAD EDUCATIVA, que es muy importante para el desarrollo de nuestro pais.

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