jueves, 18 de febrero de 2010

Plan Decenal para la juventud no parece ser una prioridad del Gobierno

El anuncio del presidente Uribe sobre la conformación de una red de informantes compuesta por jóvenes estudiantes, ha generado un fuerte debate. Mientras los defensores de la propuesta sostienen que las recompensas son efectivas para frenar la criminalidad, los detractores señalan que implica muchos riesgos para los estudiantes. El debate, sin embargo, podría ampliarse aprovechando la coyuntura electoral para hacer un análisis y un balance de las políticas de la administración Uribe para la juventud.
Colombia Joven, el programa presidencial encargado de fijar políticas y programas para la juventud, cristalizó en 2005 lo que podría considerarse el más importante logro del Gobierno en la materia: la formulación de la Política Nacional de Juventud: Bases para el Plan Decenal de Juventud, 2005-2015, un conjunto coherente de principios y objetivos que parte de concebir a la juventud como un grupo social con necesidades específicas, y cuyos objetivos son promover la participación de los jóvenes en la vida pública, garantizarles el acceso a bienes y servicios, y expandir sus oportunidades económicas, sociales y culturales.  La política es el resultado de un diálogo en el que participaron jóvenes, ONG y universidades, entre otros sectores, y fue un paso fundamental en la reglamentación de la Ley 375 de 1997 o  Ley de Juventud. Según Libardo Sarmiento, consultor de Unicef y de la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo, GTZ, se trata de "un esfuerzo por hacer verdadera política pública para la juventud".
Pero tal como lo señala la política misma, no es un plan de acción de Colombia Joven, "sino una invitación a trabajar que hace el Gobierno Nacional a actores de los sectores privado, público y no gubernamental". En otras palabras, se trata de una guía y corresponde al programa presidencial trabajar para su puesta en práctica en planes de desarrollo y proyectos de ley, así como orientar y fomentar la cooperación entre las entidades del Estado, la sociedad civil y el sector privado. En resumen, Colombia Joven es el principal responsable de que la política para la juventud sea una realidad.
Sin embargo, el programa no parece ser una prioridad del Gobierno, como lo indica el hecho de que en junio de 2008 el Presidente propuso suspenderlo dentro del plan de recorte presupuestal. Por otra parte, ha cambiado cuatro veces de director y no ha estado exento de escándalos. Por ejemplo, Luz Piedad Herrera, su actual directora, se vio involucrada en un escándalo por malversación de fondos de cooperación internacional. Y para abundar en argumentos que indican el reducido interés en las políticas de juventud, Colombia Joven no cumplió con su obligación de preparar un documento Conpes que debía presentar a Planeación Nacional en 2007 y solo lo hizo el 15 de julio del año pasado.
El retraso habría sido mayor de no ser porque otros asumieron el liderazgo: una mesa autónoma conformada en Antioquia revivió el documento Conpes en 2008, y en agosto de 2009 varias organizaciones encabezaron el llamado "Diálogo Nacional para una Plataforma Nacional de Juventud". El mismo programa reconoció en el documento Conpes que los jóvenes requieren una nueva institución pues "las necesidades de este grupo poblacional han cambiado desde la concepción de Colombia Joven". 
No obstante, el programa presidencial ha llevado a cabo con éxito algunos proyectos. Con el ICBF desarrolló el Sistema Nacional de Información sobre la Juventud, SIJU, en el que puede encontrarse información estadística sobre las condiciones y problemáticas de la juventud, un estado del arte de estudios sobre la materia y la oferta de servicios que presta el programa a los jóvenes. Otra de sus áreas de trabajo es 'Golombiao el juego de la paz', en el que mediante partidos de fútbol busca desarrollar competencias ciudadanas, y además adelanta proyectos de emprendimiento juvenil y prevención de reclutamiento, consumo de sustancias psicoactivas y salud sexual.
Un año clave
Si bien el gobierno de Álvaro Uribe formuló un plan decenal hasta 2015, han sido más las buenas intenciones que las realizaciones que se han llevado a cabo por cuenta de dicho programa. Como lo señala el profesor Sarmiento, "la falta de voluntad política, la magnitud de la crisis generada por la violencia y el desequilibrio de las finanzas públicas hacen que los jóvenes pierdan importancia en la agenda nacional".
Mientras tanto, propuestas como la de los estudiantes informantes anunciada por el Gobierno para los universitarios de Medellín ponen en primer plano la necesidad de institucionalizar una política pública que proteja a los jóvenes.
El 2010 es el año internacional de la juventud y la pregunta es si en la coyuntura electoral los candidatos presidenciales van o no a plantear propuestas y programas concretos para los jóvenes del país, un grupo de población que no puede seguir siendo instrumentalizado según las necesidades del momento. Esa es una oportunidad que no debería ser desaprovechada por los aspirantes a la Presidencia de la República. 

Tomado de:
http://www.cambio.com.co/paiscambio/865/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-7111832.html

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